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domingo, 10 de mayo de 2009

SIGO OLIENDO A NENUCO (Angelina 2ª parte)

Se que os gustaría saber algo más de Angelina, mi fiel amiga. Os preguntareis ¿qué ocurrió tras el día del debut? y ¿cuál fue el siguiente paso?.
Voy a contaros algo que tuvo que ver indirectamente con ella.
Hay un refrán muy autentico que dice” Más vale caer en gracia, que ser gracioso”, pues eso mismo es lo que le ocurrió a Angelina. Cayó en gracia no solo al público de “El Horóscopo”, sino también a los empleados y compañeros.
En aquella época era muy común hacer los típicos homenajes. A los dueños de locales y salas de fiesta les interesaba organizar estos eventos pues hacían una gran recaudación. Se trataba de rendir homenaje a algún artista o personaje conocido de la noche y todos los amigos de la profesión acudían para actuar y hacer el mejor de sus números en su honor. No podía faltar nadie, pues el que faltaba se arriesgaba a que el día que le tocara su homenaje tampoco acudiera el homenajeado.
Normalmente se organizaban entre semana, ya que el fin de semana la mayoría tenían galas y bolos.
Pues como no íbamos a ser menos, Angelina y yo, empezamos a acudir a todos los homenajes que se celebraban en Barcelona.
Al poco más de un año de trabajar en “El Horóscopo”, acudimos a un homenaje en una sala de fiestas llamada “La Cueva”. El homenaje se rindió a Dália Flores, una cantante estupenda con un magnífico vestuario. Se parecía mucho a Rocío Jurado (desgraciadamente falleció al poco tiempo). Allí estaban todos los artistas del “El Molino”, “Barcelona de noche” y “El Arnau”, entre otros. Para nosotros todo era nuevo. Estábamos encandilados y disfrutábamos de lo lindo en aquel ambiente tan farandulero.
Muchos de los allí presentes son ahora personajes conocidos como Loles León, Regina Do Santos, Bibiana Fernández, Amparo Moreno y un largo etc.
Angelina ya cantaba en directo y, se comentaba de ella, a pesar que no la conocían demasiado, a excepción de sus compañeros de EL Horóscopo.
Yo pasaba bastante tiempo solo, me tuve que acostumbrar a ello, pues Angelina tenía que estar en los camerinos durante el tiempo que duraba el espectáculo.
Recuerdo que esa noche apenas me moví de la barra. Aunque un poco retirado, pero se divisaba el escenario perfectamente. Estaba cansado porque trabajé hasta tarde. Cerca de mí, había un muchacho, de unos 20 años, un poco más alto que yo, muy bien vestido. Parecía muy interesado con el seguimiento del espectáculo. La actuación de Angelina hacía poco que había terminado y yo, aun estaba emocionado de verla.
De pronto el muchacho me dijo,
- ¿La conoces?
- Si, claro, le dije yo. Es mi amiga.
- Ya me lo pareció, por el entusiasmo que ponías mientras actuaba y los aplausos que le diste.
- ¿Te gusta el vestuario que lleva? - le pregunté
- Si, mucho - me dijo. Es fantástico.
- Se lo confecciono yo -le contesté
- ¿Dónde actúa normalmente? - me preguntó
- En El Horóscopo - le dije, ¿Lo conoces?
- He oído hablar de él, pero no he estado nunca.
- Mi nombre es Toni - me dijo.
- Yo me llamo Ricardo, encantado.
- ¿Con quién vienes? - le dije
- He venido con unos amigos de Belle Epoque – me contestó
La Belle Epoque era un autentico music-hall de Barcelona, ubicado en la calle Muntaner (actualmente es una sala de conciertos llamada Luz de Gas). En su época tenía uno de los mejores espectáculos a nivel europeo.
- Me han dicho que es fantástico, algún día me gustaría ver el espectáculo – respondí
- Yo lo veo casi todas las noches - me dijo Toni -. Dolly Van Doll es una de mis mejores amigas y ella es la dueña del teatro y la figura principal del espectáculo. Es una persona encantadora.
- Si quieres, algún día puedes venir conmigo, te la presento, y vemos el espectáculo.
- Me encantaría - le dije emocionado.
Seguimos hablando durante el resto de la noche y, ahí, empezó una bonita amistad.
Toni, era un muchacho de familia adinerada relacionada con del mundo de la joyería.
Actualmente tiene una joyería de prestigio donde en alguna ocasión he comprado algún que otro artículo. Nuestra amistad sigue a día de hoy y tengo un buen recuerdo de él. Tengo que anticiparos, que a Toni, lo conocéis todos los que estáis leyendo estas letras.
Quedamos para vernos al siguiente fin de semana con la intención de presentarme a Dolly-Van Doll y conocer el espectáculo. Por aquellas fechas, estaban con los preparativos de una nueva producción. Me dijo que el espectáculo actual le quedaba poco tiempo de representarse y por suerte aun podía verlo.
Accedimos por la entrada principal y me quede fascinado. Que maravilla de decoración, era todo precioso. De estilo clásico, inspirado en el siglo XVIII. Todo lacado en tonos beige y dorados. Muy rococó.
El patio de butacas estaba lleno de mesitas redondas con un precioso mantel rosa y con una lámpara dorada.
Había un primer piso con palcos en ambos lados y una enorme lámpara de cristal, rodeada de varias más pequeñas.
El teatro contaba con tres escenarios, algo no muy normal en nuestro país. El del centro de grandes dimensiones y uno en cada lado mas pequeños. En el de la derecha estaba la orquesta y en el de la izquierda se realizaban las presentaciones y números solistas mientras cambiaban los decorados del escenario central.
Accedimos a la parte privada del teatro por una puerta ubicada a mano derecha de la sala y subiendo dos escalones llegamos a un largo pasillo donde se apreciaba un cierto movimiento de gente hablando y haciendo los estiramientos para calentarse antes de la actuación.
No tenía la menor duda de que Toni era como de la casa por los saludos de todo el equipo y se podía apreciar una confianza considerable.
Cientos de trajes colgaban ordenadamente de las paredes, y unos chicos vestidos de negro lo preparaban todo para tenerlo a punto para el espectáculo.
Una escalera de hierro con peldaños de madera accedían al piso superior. Subimos por ella y antes de llegar a la puerta, Toni dijo en voz alta:
- ¡¡¡Carla, vengo con un amigo!!!
¿Quién seria Carla?, pensé yo.
- Pasa, pasa - contesto una voz una voz agradable con un acento un tanto peculiar.
Toni pasó delante de mí y entramos a una habitación considerablemente grande.
Frente a un inmenso tocador de forma esquinera, con enormes espejos y mucha luz había una mujer sentada mirando hacia nosotros. Unos enormes ojos muy azules y claros llamó mucho mi atención. Llevaba una bata blanca de raso que parecía muy usada, unas medias de rejilla y unas zapatillas de color rosa. En la cabeza algo parecido a una media cubriéndole el pelo y, lo que mas me sorprendió, fue su maquillaje: era el más magnifico que jamás vieron mis ojos, los difuminados en colores rosados y negros acentuaban aun más sus preciosos ojos azules.
- Hola Toni, que bien acompañado vienes - le dijo en un acento claramente italiano.
- Mira Carla, este es Ricardo, el chico del que te hablé ayer.
Deduje que Carla era su nombre propio y Dolly Van Doll el nombre artístico.
Me acerqué a ella y le dí un beso con cierto reparo para no estropearle el maquillaje.
Me tome la libertad de llamarla Carla y le dije,
- Que ganas tenia de conocerte, Toni me ha hablado mucho de ti.
- Toni también me hablo de ti - me dijo Carla - dice que haces unos vestidos muy bonitos.
- Que más quisiera yo -le dije - comparado con todos estos - mientras señalaba una enorme barra llena de vestuario que se encontraba junto a la puerta de la entrada - lo mío es insignificante.
- Perdona el desorden - me dijo - estamos preparando el nuevo espectáculo y vamos un poco liados. Se nos hecha el tiempo encima y nos faltan muchas cosas por acabar.
Yo no ví desorden por ningún lado, es más, me sorprendió ver una fila de zapatos con tacones altísimos colocados en fila alineados.
En la parte superior del tocador, una estantería largísima estaba llena de cabezas de corcho con un montón de pelucas, de todos los colores.
Toni tenía razón, es una mujer fascinante.
Estuvimos un buen rato hablando hasta que Toni dijo,
- Carla, nos vamos al palco. Quiero que Ricardo vea el espectáculo. Te dejamos que termines de prepararte.
Creo que se noto demasiado la cara de alucinado que ponía en todo momento, porque incluso a Carla se le escapó una sonrisa cariñosa al ver que no dejaba escapar ningún detalle de lo que me rodeaba.
Ví el espectáculo más maravilloso que pude imaginar y, me gustaría hablar de ello exclusivamente en otra entrada de mi blogg.
Sólo puedo anticiparos que mi vida dió un cambio muy importante desde ese día.
Supongo que os gustaría saber ¿quién es Toni, no?. No os voy a dejar con esa duda.
Quién no ha tenido en sus manos un bote de colonia Nenuco? o ¿quién no ha visto en un supermercado en la sección de perfumería un bote de gel Nenuco?…
Pues el niño de la foto es TONI.

2 comentarios:

Alicia dijo...

Me has tenido intrigada durante todo el relato.
y como a la mayoria de gente, es verdad , me encanta Toni.

Anónimo dijo...

simplemente buenísimo! noe

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